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Perspectivas de una crisis que está lejos de acabar

Domingo 27 de diciembre de 2009

Perspectivas de una crisis que está lejos de acabar

JOSEP WEIL

Cuando, en septiembre de 2008, estalló de forma clara la crisis económica mundial, afirmamos que esta era una crisis global del capitalismo, la mayor desde 1929. Hoy se sabe que la recesión en EE UU empezó en verdad al final de 2007, pero los mismos gobiernos imperialistas y organismos internacionales que intentaron ocultarla hasta septiembre de 2008, ahora la tratan como cosa del pasado.

En el segundo y tercer trimestres de 2009, existió una recuperación parcial de la economía en algunos de los centros imperialistas, que se extendió a otros países. La recuperación es claramente parcial. Por lo que respecta a 2009, las economías imperialistas van a pasar por una reducción sustancial: la OCDE apunta para una disminución del 4,9%, del Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania, del 2,3% del producto francés y el 4,8% de la economía italiana. Las previsiones del FMI para Italia indican una caída del 2% del PIB en 2009. A partir de ahí surgieron varias afirmaciones y mucha propaganda de que la crisis acabó o al menos que lo peor ya pasó. Sin embargo, aunque se quiera presentar la recuperación en curso como el fin de la crisis, ésta no resuelve los problemas estructurales que están en la raíz de la crisis global. Por ello, nuestro diagnóstico no cambió: estamos frente a la más grave crisis mundial desde el 29.

I) La más grave crisis desde 1929:

Varios aspectos nos llevan a mantener esta caracterización, contra la propaganda imperialista.

Veamos estos factores:

1) Se trata de una crisis cuyo epicentro está en los EEUU y que arrastró todos los otros centros imperialistas. El último trimestre de 2008 y el primero de 2009 estuvieron marcados por una caída libre de la economía internacional con índices semejantes a los de la depresión de 1929. Los datos de las economías de: EE UU, Japón e Inglaterra lo demostraron con números que señalan una caída del PIB industrial por encima del 10%. Tuvimos una recesión mundial partiendo de los principales centros imperialistas, haciendo que el 2009 venga a ser el primer año desde 1945 en que el PIB mundial va a tener un crecimiento negativo. Esta recesión se confirmó por la continuidad de la recesión mundial en la industria automovilística y en el sector inmobiliario de EE UU y algunos de los principales países imperialistas.

A partir de septiembre de 2008, los analistas de la burguesía y los gobiernos de todo el mundo actuaron con base a esa caracterización para evitar a cualquier costo una depresión.

2) Es necesario reafirmar que no se trata de una simple ’crisis financiera’ sino una crisis derivada de las contradicciones estructurales del sistema capitalista: su raíz está en la tendencia decreciente de la tasa de lucro como ocurre en toda crisis capitalista cíclica. Sin embargo, no se trata de una crisis cíclica común. En primer lugar porque estamos en la fase imperialista del capitalismo, y en particular porque estamos en un momento en que las características parasitarias de la fase imperialista fueron agravadas, aun más, por la híperacumulación de capital especulativo, que asumió en los últimos decenios un grado inédito. La caída de la tasa de ganancia se combinó con esta híperacumulación de capital especulativo, dejando el sistema financiero mundial en estado de quiebra.

3) Una de las cuestiones estructurales más graves, que indica la profundidad de la crisis, es la superproducción que afecta mundialmente ramas industriales claves. Hay un exceso de capacidad productiva en los principales sectores industriales, como el automotriz, y que todavía no se resolvió. Los mecanismos utilizados para combatir la caída libre rumbo a la depresión no resolvieron esa contradicción, que impide una recuperación de la tasa de lucros permitiendo superar la crisis.

4) La crisis estalló, y asumió un carácter especialmente grave, por combinarse con una grave crisis política en la dirección del imperialismo. La derrota del proyecto Bush de "guerra contra el terror" y la crisis política resultante detonaron la crisis económica y determinaron su profundidad en los EEUU. Así, en el momento que la crisis estalló no había en el centro del imperialismo un comandante con credibilidad, lo que agregó un grado de improvisación y una falta de confianza en la respuesta que el Estado norteamericano dio en el tercer trimestre de 2008. Ese factor fue importante para marcar el carácter explosivo de la crisis mundial en el momento en que ésta irrumpió.

5) Frente a la nueva situación de la lucha de clases abierta con esa derrota, el imperialismo norteamericano cambió de táctica. Con Obama, pasó a intentar la derrota de la insurgencia de masas con métodos enfocados en negociaciones, acuerdos de "paz" tramposos y procesos electorales, es decir, lo que llamamos métodos de reacción democrática. Como parte de esa nueva táctica, el imperialismo pasó a trabajar con los gobiernos de colaboración de clases (a los que llamamos gobiernos de frente popular) para contener la reacción del movimiento de masas. Así mismo, utilizó la autoridad de esos gobiernos frente a las masas para dar nueva vida a los organismos internacionales del imperialismo, como el FMI. Esta misma relación le sirve al imperialismo para presentar una nueva cara ’multilateral’, como ocurrió con el G-20 que substituyó el G-8, al incluir los ’emergentes’ en el grupo.

En que la crisis actual se diferencia de la del 29?

Las características estructurales arriba descritas confieren total validez a la comparación con la crisis del 29. Sin embargo, pasado un año de la irrupción más evidente de la crisis - tras la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers en EE UU - es necesario precisar algunos elementos que diferencian la crisis actual de la de aquella época. Estas diferencias surgen de la actual configuración del sistema capitalista mundial y de las políticas de los Estados, que tuvieron consecuencias en el desarrollo de la crisis, en su ritmo y en la forma en que ésta se manifestó hasta ahora.

La primera cuestión es que aunque números como los de la caída inicial del PIB y de la industria en particular se aproximaron o superaron 1929 en EE UU y en países centrales como Alemania, Japón e Inglaterra, no se llegó a entrar directamente en una depresión, ni esta es la hipótesis más probable para los próximos meses.

¿Que llevó a evitar, de momento, una situación más depresiva? En primer lugar, a diferencia de 1929, los Estados imperialistas hicieron de todo para salvar el sistema financiero, las mayores empresas y así evitar a cualquier costo la depresión aunque a expensas de un endeudamiento colosal e inédito. Desde el neoliberalismo, el papel del Estado venía siendo decisivo para sustentar el capital financiero y sus características especulativas. A partir de esa ubicación, la manera de afrontar la crisis fue distinta a 1929. De esta vez los Estados funcionaron como compañías de seguros, en última instancia, de todo el sistema financiero, inclusive de los fondos hedge y de todo tipo de especuladores. Se gastó la impensable suma de US$ 24 billones, empobreciendo los países, comprometiendo las generaciones futuras, pero impidiendo la continuidad de la caída libre que significó los dos primeros trimestres de recesión y que sobreviniera una depresión en línea recta. Eso impidió una explosión mundial generalizada. Tras dos trimestres de caída del PIB, con números semejantes a los de 29, el ritmo de caída disminuyó y hasta hubo una pequeña recuperación en EE UU, Alemania y Japón, aunque bastante frágil. Este aspecto es fundamental, pues tuvo consecuencias en la dinámica concreta de la evolución de la crisis, aunque no resuelva los problemas estructurales de la crisis global.

Por ahora, las medidas también evitaron números similares a los del 29 con relación al desempleo y la miseria. Eso no quiere decir que no haya graves ataques a los trabajadores, pero que aún no son similares a los de 1929-1933. Los números de desempleo en EE UU son impresionantes, pues saltaron del 4,5 a 10,2% en un año. En España también hubo un salto en el paro, hasta un 19%. No ocurrió así en Alemania, donde el paro creció sólo un 0,5%, llegando a 8,2%. Los números en Francia fueron de 8% a 10%. Son cifras que indican un ataque grave a los trabajadores, pero es bueno recordar que en el punto álgido de la crisis del 29, el desempleo en EEUU llegó a tocar los 30% y que en Alemania, en sectores como el metalúrgico alcanzaba alrededor de 45%. Hoy, los números no son del mismo calibre. En el 3° trimestre de 2009, el desempleo en la Unión Europea como un todo estaba alrededor del 9%.

El colchón social preexistente en los países imperialistas centrales permitió amortiguar parte de las consecuencias sociales de la crisis, en particular en Europa. Esto explica porque hoy no vemos colas de los desempleados para recibir sopa, como quedó marcado en las fotos y películas de la crisis de 1929. Hay un aumento importante del hambre en EEUU y de las familias desalojadas de sus casas: los índices son los peores de los últimos 26 años. Pero, a diferencia del 29, el Estado norteamericano se encuentra dotado de una red mayor de protección, como la distribución de cupones de alimentos. En el caso de EEUU, el colchón social, aunque inferior al de Europa, ayuda a impedir situaciones extremas.

Es importante destacar que cuando hablamos en amortiguamiento de las contradicciones sociales, no estamos diciendo que esa protección exista para todos, pues estas medidas no alcanzan al conjunto de los trabajadores. Con la crisis, los sectores más explotados - como los inmigrantes en Europa y EE UU, las mujeres y las minorías raciales - pasan a ser aún más marginados, Los inmigrantes son los principales blancos de las dimisiones y a la vez no tienen derechos ni acceso a los servicios sociales y son frecuentemente víctimas de las deportaciones. Los índices de desempleo en esas capas se expandieron velozmente desde la eclosión de la crisis, como en la construcción civil de España y EE UU.

La política del imperialismo aún no está totalmente definida, pero hasta ahora, al menos en los países centrales, se optó por hacer ataques parciales, porsectores y en tiempos diferentes, es decir, no atacar con la misma intensidad a todos los sectores a la vez y hacerlo en forma más gradual, contrarrestándolos con medidas compensatorias que puedan absorber las tensiones provenientes de los ataques consumados. O sea, realizar ataques, pero buscando no provocar explosiones sociales. Además de la red de protección social, algunas medidas habían sido ampliadas para dar alguna esperanza a los dimitidos. El subsidio a los desempleados fue extendido a toda Europa y en EE UU Obama extendió su pago por 5 meses más para los que fueron dimitidos en el último año y medio. En Europa Occidental, alertados por la explosión de Grecia a fines de 2008 y por los movimientos huelguistas en Francia, fueron tomadas una serie de medidas para evitar que hubiese nuevas explosiones de ese calibre.

En Europa Oriental hubo una serie de sucesivas explosiones sociales protagonizadas por trabajadores y desempleados en Lituania, Letonia, Estonia, Bulgaria, una huelga general en Hungría, llegando a provocar la caída de gobiernos como en Letonia. La Unión Europea y el FMI pasaron a elaborar planes de socorro para varios países de la región, como Ucrania, Hungría y los países Bálticos. El principal objetivo de esos planes era salvar a los bancos europeos metidos hasta el cuello en las deudas de esos países, pues la banca europea tendría hasta 1,5 billones de euros invertidos en Europa Central y Oriental, según la revista The Economist. Esos planes evitaron la fuga desenfrenada de capitales y hasta ahora también impidieron nuevas rebeliones, a condición de aplicar durísimas medidas bajo la supervisión del FMI.

II) Los BRICs y la crisis

Desde la eclosión de la actual crisis mundial, mucho se discutió sobre el papel de los llamados países emergentes, en especial de aquellos conocidos por la sigla BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Se afirmó que podrían compensar las pérdidas de los países imperialistas en recesión. En especial, se hicieron en forma apresurada teorías sobre el nuevo papel económico de China. Se dijo que China sería la nueva potencia que substituiría Estados Unidos en la hegemonía mundial y se afirmó que los BRICs de conjunto podrían evitar la crisis y ser la locomotora de la economía mundial. La realidad demostró que eso era imposible porque todas esas economías eran totalmente dependientes del capital imperialista y de los mercados de los países centrales. Todos los BRICs entraron en crisis y fueron parte de ella, incluso China que, pese a no haber entrado en recesión tuvo una desaceleración importante de su economía.

China genera ilusiones debido al tamaño de su parque industrial y por ser la gran exportadora para las potencias imperialistas, la llamada "fábrica del mundo". Sin embargo, por mayor que sea la producción industrial China, no puede superar los límites estructurales de la localización subordinada de China en la división internacional del trabajo. En las computadoras, vehículos de paseo y otros bienes producidos en China aparecen las mismas marcas de transnacionales que estamos acostumbrados a ver en los mercados europeos, de EEUU y de América Latina: GM, Volkswagen, Toyota, Sony, Panasonic, Toshiba, etc.

En China, al final de 2008 e inicio de 2009 hubo una caída importante, sin llegar a una recesión o números de caída en la actividad que fueran equivalentes a una recesión para el país (en China, números inferiores al 6% por año significan tensiones sociales fuertes y desempleo masivo, con consecuencias similares a las de una recesión en los centros imperialistas). Hubo cortes profundos en la industria China de bienes de consumo no durables (juguetes, textiles) en el inicio de 2009, con reacciones sociales contra el cierre de fábricas y el no pago de derechos y sueldos, muy preocupantes para la dictadura china. La caída del índice de crecimiento del 9 al 6% al año mostró al PC chino que surgía la posibilidad de un estallido social.

Frente a eso, el gobierno chino también lanzó paquetes de auxilios gigantescos, con al menos US$ 600 mil millones en créditos para casas, coches y más de US$ 1,3 billón de los bancos chinos para inversiones en infraestructura, equipamientos y nuevas fabricas, lo que llevó la economía a un ritmo más alto. Después de bajar a cerca del 6%, el crecimiento retornó a un 9% y se calcula un crecimiento alrededor de 8% para el año de 2009. Volveremos a los problemas que eso está generando en la parte final de este artículo, pero adelantamos que, como en los países imperialistas, el efecto de este mega paquete está generando señales crecientes de una gigantesca burbuja.

En este marco, hubo uno amortiguamiento relativo de la manifestación de la crisis en China con repercusiones en los demás países "emergentes’, como Brasil o Argentina, que exportan productos agrícolas y minerales para China. Con esa diferencia en el tiempo y en la intensidad, los ’emergentes’ pudieron ser un factor de amortiguamiento de la crisis, pues su tasa de ganancia bien superior mantuvo la producción en niveles superiores a los de los países imperialistas, evitando una caída aún mayor de la producción mundial y sirviendo de mercado para otros países emergentes, que también tuvieron una caída menor. Ellos fueron parte de la crisis, pero este diferencial sirvió como factor de amortiguamiento. Entre los BRICs la excepción fue Rusia, que cayó en velocidad vertiginosa (alrededor del 15%) en el inicio de 2009 junto con la economía europea y estadounidense, reflejando la caída violenta del precio del petróleo y del gas. En 2009, Rusia debe tener una caída del PIB del 8,5% y sólo al final de este año empieza a recuperarse acompañando la recuperación parcial de los centros imperialistas que hicieron subir, junto con la especulación, los precios de las "commodities", como el petróleo.

En Brasil la caída fue menor que en los países imperialistas. Y la economía, después de sufrir una caída importante en el fin de 2008 y el comienzo de 2009, interrumpiendo 5 años de crecimiento, se recuperó paralelamente a los centros imperialistas, aprovechándose de la demanda China y también de las medidas gubernamentales: socorro financiero estatal a toda costa para las empresas quebradas, medidas para estimular el consumo como reducción de impuestos (IVA) para automóviles, electrodomésticos, y crédito directo al consumidor, además de obras de infraestructura. Puede ser que llegue al final del año con una pequeña variación en el PIB, estancamiento, pequeña caída o incluso un pequeño crecimiento.

III) La hegemonía norteamericana no tiene contrincantes a la altura

Varios autores habían previsto la decadencia de la hegemonía norteamericana debido a la crisis. Se hablaba en competidores como Europa, y en particular del ascenso de China como gran potencia que iría a substituir los EE UU. A pesar de la grave crisis política abierta con la derrota del Plano Bush de ’guerra contra el terror’ y de la grave crisis económica mundial con epicentro en EE UU, no vemos en el horizonte ninguna hipótesis de una nueva potencia hegemónica que sustituya los EE UU en la conducción del orden mundial. Ni los países europeos tienen condiciones para eso, ya que Alemania actúa esencialmente como socia de EEUU y no tiene ningún proyecto de afrontarlo, lo mismo pasa con Francia; tampoco los emergentes, sean China o Rusia, tienen condiciones económicas y políticas para asumir este papel. Porqué su crecimiento está directamente relacionado con la producción de las empresas imperialistas asentadas en sus países y de una dependencia económica cada vez mayor del imperialismo.

El reflejo de esta situación estructural es que con la sustitución de Bush por Obama, cambió la situación de vacuo en la respuesta imperialista a la crisis. El nuevo jefe, Obama, entró con su propuesta de "multilateralidad", es decir, de coordinar las respuestas con los demás imperialismos e inclusive con los BRICs bajo la égide de los EEUU y fue plenamente respaldado. Esa política se impuso a partir de las reuniones de cúpula del G-20 cuando las propuestas europeas fueron siendo adaptadas a las de los EEUU. La coordinación internacional de la respuesta frente a la crisis muestra una vez más que los demás imperialismos buscan negociar e influir en el marco de la aceptación de la hegemonía de EEUU. El papel de China en el llamado dúo ’Chinamérica’ con los EEUU es totalmente subordinado y comprueba esa situación de hegemonía norteamericana sin competidores a la altura.

El papel de Lula en las reuniones y articulaciones internacionales orquestadas por EEUU y el protagonismo que le dieron en las entrevistas de divulgación de la G-20 son la expresión de la necesidad de mostrar al mundo un orden más consensuado entre imperialistas y países dependientes, por otra parte, una prueba de la sintonía de Brasil con la política de EEUU, adaptada su nueva forma ’multilateral’.

Europa

El papel secundario del imperialismo europeo quedó evidente en la medida en que no hay un Estado único, ni condiciones de disputar a fondo con los EEUU. Son rehenes de la política de los EEUU, como quedó claro en las reuniones del G-20. El papel real de la Unión Europea es ser una plataforma conjunta de ataque a los pueblos europeos. El insignificante presupuesto de la UE debilita la posibilidad de una acción coordinada europea tanto en el área económica cuanto social. La UE sigue siendo necesaria para cumplir el papel de centralizar el ataque a los pueblos europeos, para atacar los derechos sociales y continúa siendo un brazo auxiliar del principal imperialismo, por ejemplo, en Afganistán. Si la Unión europea no posee ni de lejos la capacidad financiera y militar norteamericana, es incapaz de ser una alternativa de disputa de la hegemonía, por otro lado, los Estados nacionales imperialistas europeos cumplieron un papel importantísimo en las acciones de cada una de las potencias imperialistas europeas en socorro a sus bancos quebrados y empresas con pérdidas acumuladas. Todos abandonaron inmediatamente el equilibrio presupuestario que fue la obsesión de Unión europea desde el tratado de Maastricht para socorrer a cualquier costo sus bancos y especuladores, comprometiendo los presupuestos de todos los países por años. También en relación a las grandes transnacionales, el lema fue salvación a toda costa. El ejemplo mayor fue en el ramo automotriz. Prácticamente todos los países de la zona euro lanzaron planos de subsidio al consumo de automóviles. Muchos socorrieron las empresas en crisis con préstamos subsidiados y descuentos generosos a los consumidores pagados por los estados, tanto por lo que respecta a los auxilios como en subsidios para el consumo.

Alemania y Francia, en particular, los dos países con más "grasa" acumulada, se jugaron a salvar las empresas automotrices, pero también, preocupados con la crisis social, trataron de proteger a "sus puestos de trabajo". En el caso de Opel, la política fue evitar al máximo cortes en Alemania: el gobierno alemán puso mil millones de euros para financiar la compra de Opel por Magna (operación ahora anulada por GM) y en acuerdo con los sindicatos metalúrgicos trató de minimizar los despidos masivos en Alemania, a la vez que orientaba que se cerraran puestos en otros países de Europa. Este fue el mismo plan del gobierno francés de Sarkozy en el caso de Renault: dio gordos subsidios a los propietarios de Renault y presionó para que cerraran una planta en Rumania y no en Francia. Y tanto uno como el otro aumentaron el tiempo de aplicación del subsidio a los desempleados.

La respuesta de la clase obrera y de las masas

En Marxismo Vivo 20 alertábamos sobre una visión fácil, al confundir la crisis con la respuesta revolucionaria de la clase. Hay que tener en cuenta la inseguridad de la clase para salir a la lucha, bajo la conducción de direcciones oportunistas que desvían las luchas y llaman a la conciliación. Efectivamente, a pesar de importantes luchas como las de Grecia en diciembre del 2008 y las huelgas generales en Francia en enero y una serie de huelgas en Inglaterra e Italia, la respuesta de la clase no tuvo la misma dimensión de los ataques que recibió. Hay que agregar un otro aspecto que jugó su papel en mediar la respuesta de la clase: una política gota a gota de la burguesía apoyada en el engaño, en el miedo y en el colchón social que amortiguaba las consecuencias de la crisis, con la colaboración directa de las direcciones burocráticas.

La resistencia de las masas era la única forma de enfrentar la crisis. Sin embargo, esa respuesta dependía de elementos políticos, como el papel de los gobiernos y de las direcciones del movimiento de masas. La realidad demostró que otros factores tuvieron mucho peso, como la inseguridad generada por la crisis que llevó a una falta de respuesta de los trabajadores impactados por la situación y la falta de una dirección, al menos clasista, que estuviera dispuesta a combatir los ataques de la burguesía y de los gobiernos. Por ello, no hubo una respuesta automática. El rol de las direcciones sindicales y políticas fue muy importante para contener o impedir que el movimiento de masas saliera a la lucha, jugando todo en negociaciones en marco de aceptar los ataques que el capital desató.

El caso de la GM en EE UU quedó como un símbolo de ese papel nefasto de las direcciones sindicales. La UAW (el sindicato de los trabajadores de las fábricas automotrices en EEUU) entregó los puestos de trabajo de 21 mil trabajadores y conquistas de 50 años para "salvar la empresa" y se hicieron socios en la conducción de la multinacional en total acuerdo con sus propietarios y con el gobierno Obama.

En América Latina, tampoco hubo una reacción del mismo grado de los ataques. Sin embargo, el elemento de desigualdad en la manifestación de la crisis hizo con que en países donde hubo una expresión menor en términos de paro, como en Brasil, la recuperación parcial permitiera luchas salariales importantes, lo que en otra situación sería mucho más difícil. Hay que acompañar esa tendencia pues pueden aparecer escenarios en estos y en otros países, que combinen la lucha contra la mayor explotación, fruto de la crisis, con la defensa de los puestos de trabajo. La recuperación parcial en curso hoy, puede generar un escenario en que haya luchas económicas y una resistencia fuerte en esos países, pues al no haber desempleo en escala catastrófica, el aumento del ritmo de trabajo y las reducciones de sueldos y derechos empujan el movimiento a entrar en lucha para impedir que sus condiciones de vida sufran una caída más acentuada, como ocurrió en Brasil y con más fuerza todavía en Argentina

Había una expectativa que la clase obrera fuera el centro de las luchas a nivel mundial, en el periodo inmediatamente posterior al estallido de la crisis. Pero, aunque hayan existido importantes luchas obreras en Europa y otras regiones, fueron los sectores populares que estuvieron a la cabeza de las movilizaciones más importantes que polarizaron el mundo, como los indígenas en Perú, las grandes movilizaciones democráticas contra el régimen iraní, la resistencia contra el golpe en Honduras y la intensificación de la guerra de liberación nacional en Afganistán, con su extensión a Pakistán. El hecho que la clase obrera no fuera la vanguardia se debió a su situación de inseguridad y la acción de las direcciones, combinando los temores y algunas mediaciones en los ataques.

La consciencia de las masas en relación al sistema capitalista tuvo un avance, pues hubo un impacto con los despidos, la exposición de los fraudes del sistema financiero, los privilegios escandalosos de los banqueros y la propia discusión sobre la crisis mundial. Sin embargo, no hubo una ruptura de masas con el sistema capitalista, como luego mostrarían las elecciones europeas. Posiblemente eso ocurrió porque las consecuencias inmediatas fueron menos agudas para la vida de las personas. Entonces, en ese marco, pareció existir una expectativa de que las medidas aplicadas por los gobiernos imperialistas y frente populistas resolvieran la crisis sin necesidad de un enfrentamiento radical. Por ejemplo, las elecciones europeas y alemanas mostraron que los electores aún mantenían el apoyo a los gobiernos de derecha o centroderecha, castigando mucho más a la social democracia - con algunas excepciones donde ya era gobierno. Es decir, aún no se dio un salto de calidad en la consciencia contra el sistema, probablemente por la ausencia de una acción contundente de las masas trabajadoras, hasta ahora. El otro elemento decisivo para que no se haya profundizado la conciencia de las masas en relación al sistema capitalista fue la no existencia de un dirección revolucionaria reconocida mundialmente que hiciera esta campaña. Al revés, predominó la política de conciliación social impulsada por las burocracias sindicales y políticas en todo el mundo.

Por otro lado, varios elementos indican un aumento muy importante de la preocupación con el futuro del empleo y del nivel de vida, que apunta en el sentido del desencanto creciente con el capitalismo. Hubo avances importantes en la consciencia, hay un espacio mayor para la denuncia del sistema, de los lucros y de la explotación capitalista, aunque no un giro generalizado hacia una consciencia anticapitalista en las masas.

Las perspectivas de la crisis económica y de la situación mundial

A pesar de la recuperación en curso, la política utilizada por el imperialismo para dar una salida capitalista a la actual crisis no logró revertir la tendencia a un largo periodo de caída de la economía mundial imperialista. Por el contrario, acumuló y agravó varias contradicciones en escala inédita:

1 - La primera es que el mecanismo de la gigantesca intervención del Estado en la economía para salvar los negocios de la burguesía genera un enorme déficit público y un empobrecimiento general de los países. Eso significa, a mediano plazo, la necesidad de cortar gastos sociales y generar ataques a los trabajadores. Y se combina con la posibilidad de choques inter-burgueses para disputar las reservas disminuidas del propio estado. "El déficit público de los países imperialistas está explotando. En los EEUU, la Oficina de Presupuesto del Congreso, calcula que los intereses de la deuda nacional van a crecer en diez años de 172 mil millones de dólares en lo que va del año a más de 800 mil millones anualmente. El déficit público de los países de la eurozona sobrepasará 1 billón de euros entre 2009 y 2010. De acuerdo con la OCDE, el déficit pasará de 7,5% para 11,7% en 2010 y para 10,3% en EEUU. La deuda pública llegará a cerca del 85% del PIB europeo en 2010 y debe alcanzar 140% del PIB de las economías imperialistas en sólo cinco años, según el FMI. Esa fiesta tendrá que ser paga un día con cortes en los servicios sociales y en el servicio público. Eso es lo que ya señalan los analistas más serios"[1]. Obama acaba de declarar en su visita a China que si no se resuelve el gigantesco déficit, habrá una nueva recesión. Y esa situación mina la capacidad de los Estados para enfrentar una nueva explosión de burbujas.

2 - La segunda contradicción es que, justamente porque la intervención del Estado cumplió un papel de amortiguador de la crisis, no se llegó ni de lejos a quemar el capital excedente existente. Por lo tanto, es probable una nueva crisis de superproducción en un periodo más corto que el existente entre las crisis anteriores. Los últimos datos de la industria automovilística confirman la superproducción, aún después de las medidas de cortes de la GM en EEUU. Toyota entró en un periodo de pérdidas, y llegó a perder el 1° lugar en la producción mundial en este trimestre para Volkswagen. GM acaba de retomar Opel, avisando que va a dimitir más de 10 mil trabajadores europeos. La fábrica rusa Autovaz de 100 mil trabajadores sufre un ataque profundo y el objetivo de sus propietarios es cortar decenas de miles de puestos de trabajo.

3 - Aunque exista una recuperación en este próximo periodo, esta tiende a ser más débil, porque no está basada en una real recuperación de la tasa de ganancia sino, fundamentalmente, en la inyección de capital por parte del Estado. Para recuperar en escala suficiente la tasa de ganancia, son necesarias las medidas típicas que Marx señalaba en El Capital y que la historia del capitalismo comprobó: el cierre de empresas y fábricas, la rebaja de sueldos y corte de derechos a escala masiva, el saqueo aún mayor de las riquezas de las naciones, es decir, hacer que los trabajadores y pueblos paguen el precio de la crisis para lograr apuntar hacia una recuperación.

4 - La tendencia especulativa del capital financiero no se revirtió, al contrario, la recuperación muestra que esta es una característica inherente al capitalismo imperialista, que se acentuó cualitativamente en estas últimas décadas. Las burbujas anteriores no fueron resueltas y se están acumulando nuevas. La revista Newsweek de 5 de noviembre advierte, en el articulo pricipal de la portada "Alerta: ya estamos en una nueva burbuja", que de los US$ 194 billones en papeles y títulos sin sustentación, habían sido resueltos sólo 16 billones con los sucesivos paquetes de salvamento. ¡Existen, por lo tanto, 178 billones a resolver! Lo más probable, incluso, es que la especulación aumente en caso de que se amplíe el periodo de recuperación, porque los bancos pasaron a especular con el capital invertido por el Estado. Eso ya se manifiesta en los EE UU, con un crecimiento muy rápido de las Bolsas en los últimos meses, sin base en la economía real, que está siendo motivo de alarma por parte de economistas burgueses como Nouriel Roubini.[2]

El caso de Dubai, donde en noviembre fue a la quiebra Dubai World - la empresa oficial del emirato, involucrada en una burbuja especulativa y que fue salva por el banco de Abu Dhabi - fue una alerta. De la misma forma que la rebaja de nota de los títulos de la deuda de Grecia y de España indican los muchos esqueletos guardados en el fondo de los armarios de varios países, incluso de algunos de las naciones imperialistas más involucradas en la especulación inmobiliaria y financiera. La posibilidad de quiebras como ocurrió en Islandia, que golpeó la economía inglesa,amenazó varios bancos europeos, la virtual quiebra de los países bálticos y de Europa Oriental, socorridos por el FMI y la UE, vuelven a ponerse en la realidad. Hasta Inglaterra está bajo sospecha de los inversionistas. Y así puede haber carreras especulativas que desequilibren economías de gran peso en la situación mundial.

5 - Aunque haya una recuperación en estos próximos dos o tres trimestres o aunque esta recuperación llegue a durar uno o dos años, la tendencia a un aumento de la explotación y del desempleo continuará, porque la burguesía utilizará todos los mecanismos de extracción de la plusvalía absoluta para intentar recuperar la tasa de ganancia. En 2009, la tasa de desempleo en Italia deberá superar, a nivel nacional, los 9%, de la Unión Europea. En los EEUU, en octubre, habían sido destruidos 190.000 puestos de trabajo y el índice "oficial" de desempleo fue al 10,2% (el más alto desde 1983). Si se considerara los subempleados, la cifra iría para un 17%. El mismo gobierno norteamericano alerta que 2010 debe ser un año de alto desempleo, aún con la recuperación.

6 - Los BRICs acumulan cada vez más problemas. China e India tuvieron una crisis más corta y apenas entraron en recesión, pero sus problemas acumulados son graves. Aunque China haya escapado de una recesión y recuperado inclusive un crecimiento por encima del 8%, casi el 9% en este trimestre, el mega paquete de subsidios y créditos al consumo (cerca de US$ 600 mil millones, más US$ 1,3 billón de inyección de los bancos estatales en la economía, según algunos cálculos), se hizo a expensas de una posible súper burbuja en el mercado inmobiliario y en el crédito. Los economistas, que analizan más la economía China, afirman que la posibilidad de "desinflar" la burbuja en 2010, en especial si la recuperación de los EEUU no sostiene una vuelta al consumo de los productos chinos por los norteamericanos. Las exportaciones chinas no recuperaron el nivel de 2008. Es decir, lo que fue hasta aquí un factor de amortiguamiento, puede ser un factor de explosión que depende de como marche la recuperación en los mercados imperialistas.

7 - Existe actualmente una débil recuperación de la economía y el cierre de un ciclo corto empezado en 2007 y que alcanzó su ápice entre septiembre de 2008 y el primer trimestre de 2009. Un cita del artículo de Eduardo Almeida, ya mencionado, sintetiza bien las tendencias más probables: "Frente a las dos hipótesis que levantamos, hoy nos parece mucho más probable la segunda, es decir, no la depresión directa como la de 1929, sino una recesión seguida de recuperaciones frágiles y otras graves crisis posteriores."[3] . Aún así, la hipótesis depresiva no está descartada, va a depender de la evolución de las burbujas financieras, así como de China, la situación política del imperialismo y la lucha de clases. Para sintetizar la tendencia más general del periodo abierto en 2007/2008 trabajamos con la hipótesis de un periodo más largo o una ola descendiente: "una ola recesiva larga, que puede durar 10, 15 o 20 años. Si se confirma esa hipótesis, significa un periodo largo en que pueden ocurrir recuperaciones parciales y al mismo tiempo nuevos ciclos de crecimiento, pero ellos serían frágiles y serían seguidos de nuevas y mayores crisis."[4]

8 - Para "sanear" el sistema, encontrar un nuevo punto de equilibrio y ajustar el tamaño del sector financiero y productivo, el capitalismo imperialista necesita realizar una enorme quema de capitales. Sin embargo, por razones políticas, optó por frenar esa quema e inflar nuevamente las burbujas. Al hacerlo, consiguió abreviar el ciclo corto descendiente e iniciar una "recuperación". Sin embargo, lo hizo al costo de preparar futuras y peores explosiones, como pronostican los analistas más serios y, incluso las instituciones financieras mundiales, como el BIS.

9 - Independiente de la forma que la burguesía vaya a utilizar, el imperialismo y las burguesías necesitan atacar a la clase obrera y los pueblos para salir de la crisis: necesitan de la rebaja de sueldos y derechos, quema de capitales, despidos, asalto a las riquezas y rapiña de los pueblos. Hay una necesidad de un ataque mucho más grande para recuperar la tasa de ganancia y poner la economía en ruta de recuperación suficiente para superar la crisis. ¿De que manera pueden imponer este ataque? Esta es la gran cuestión que está siendo discutida en los gabinetes de los gobiernos y de las grandes empresas capitalistas. Pero es necesario remarcar que no hay como salir de la crisis extendiendo al infinito el socorro estatal. Su única salida estructural para la crisis es la quema de capitales, la rebaja de sueldos y derechos, los despidos, el saqueo y la rapiña de los pueblos. Los ataques ya consumados, los índices de desempleo de EEUU y Europa, los expedientes de regulación de empleo (EREs), o de disminución de la jornada con rebaja salarial; el cierre de plantas como en la GM de EE UU, el aumento del hambre y de las pérdidas de derechos sociales demuestran cuál es la solución del capitalismo para la crisis.

10 - Los problemas centrales para el imperialismo continúan siendo los políticos, sobretodo la guerra en Afganistán-Pakistán y también la intervención militar en Irak. Hasta ahora, el imperialismo no consiguió encontrar una manera de salir de estos países y está, por lo tanto, teniendo que luchar en dos guerras en medio a una profunda crisis económica. En el marco general de la crisis económica, la continuidad y hasta el incremento del esfuerzo de guerra (Afganistán) es un elemento de aumento del déficit público, pérdidas de hombres y capital, crisis en las FFAA y debilitamiento del gobierno de los EEUU, que ya se expresó en las últimas elecciones regionales y en la caída de la popularidad de Obama.

11 - En nuestra opinión, para enfrentar estas situaciones políticas - frente a la necesidad de imponer los planes de ataque a los trabajadores y pueblos y en especial en las situaciones de guerra - el imperialismo continuará apelando al arma de la reacción democrática. Como parte de esta táctica, aumentará su política de establecer acuerdos con los gobiernos de Frente Popular para que colaboren con la política imperialista. Esa nueva táctica se manifiesta tanto al nivel de la política de los acuerdos de paz como en la utilización de ellos para imponer a las masas las directrices económicas del imperialismo para la crisis, tal como el refuerzo del FMI a través de mecanismos como el G-20. En ese nuevo papel del G-20, gobiernos y dirigentes de los países semicoloniales como Lula cumplen un rol decisivo. No por casualidad, él fue llamado por Obama de "the man" por su gran importancia para instrumentar la política del imperialismo en sitios como Haití o para favorecer la negociación en situaciones críticas como Honduras. Es necesario denunciar la política de la reacción democrática, la política de acuerdos de paz y de llamar a las mesas de negociación a las direcciones para que entreguen todo, como ocurrió en Honduras, donde tanto Lula como Chávez y Zelaya intervinieron para imponer la negociación de San José de Costa Rica que desarmó la resistencia y permitió la permanencia de los golpistas.

12 - La presencia de Obama al frente del imperialismo norteamericano personifica esta nueva táctica. Su toma de posesión significó un alivio para el imperialismo y permitió empezar a superar la profunda crisis política abierta en su conducción con la derrota del Plan de Bush. Su papel al frente del G-20, la imposición de los planes de EEUU sobre los demás imperialismos en base a un aparente "consenso" tuvieron un efecto en el ordenamiento de las respuestas de los imperialistas y del conjunto de los países llamados emergentes, determinando la orientación política y económica global.

13 - Frente a los ataques actuales y los que están por venir, la unidad de la clase obrera para enfrentar la ofensiva patronal sigue siendo una necesidad y la principal tarea de la clase trabajadora. De cada una de las luchas contra el cierre de fábricas, contra la pérdida de derechos, el frente único es fundamental para resistir y para preparar la contraofensiva de la clase trabajadora contra el capital. Eso significa llamar a la unidad de todas las organizaciones sindicales y populares para luchar contra el ataque de la patronal y los gobiernos, sus manifestaciones concretas como el desempleo, los intentos de recortar derechos, empleos y sueldos. La unidad que se necesita es para luchar. Rechazamos cualquier unidad para salvar gobiernos realizando pactos sociales que las burocracias intentan impulsar en todos los países.

14 - El mayor obstáculo para la unidad de la clase y para el desarrollo de sus movilizaciones son las direcciones traidoras, sindicales y políticas, los gobiernos de Frente Popular o que tengan autoridad en el movimiento de masas. No se puede entender la falta de reacción de los operarios de la GM y la aceptación de la pérdida de conquistas de 50 años sin ver el papel de la dirección traidora del sindicato UAW y la intervención directa del gobierno Obama. En ese sentido, retomar las luchas podrá profundizar el proceso de reorganización de la clase, siendo necesario estimularlas con todas las fuerzas, buscando conformar un tercer campo clasista, opuesto a los gobiernos burgueses tradicionales y a los de frente popular.

15 - La lucha contra la recolonización imperialista, por la independencia nacional y las luchas democráticas continuaran teniendo un peso decisivo, agravado por la crisis económica mundial. La realidad mostró que las luchas en los países coloniales y semicoloniales contra el imperialismo continuan tenienod gran importancia. Las luchas de los pueblos indígenas en Perú y en Ecuador contra la explotación de sus tierras por las mineras transnacionales; la resistencia en Honduras al golpe y las grandes movilizaciones de masas en Irán contra la dictadura de los ayatolás dominaron la escena en 2009. Estas luchas siguen y la tendencia es a que se agraven en la medida que, desde el punto de vista capitalista, la salida para crisis son los ataques a los trabajadores, la rapiña y el saqueo a los países semicoloniales y coloniales. El imperialismo tratará de hacer que esos países y los pueblos coloniales paguen un alto precio, para acumular la plusvalía necesaria para recuperar las tasas de ganancia y así revertir la crisis

16 - En ese marco, la guerra de Afganistán adquiere una importancia cada vez mayor como un factor de crisis grave para los países imperialistas, en especial los EEUU. Este tema tiende a dominar o tener un peso fundamental en el año de 2010. Esta guerra puede terminar como el Vietnam de Obama. Es necesario jerarquizar y dar una gran importancia a esta lucha antiimperialista, exigiendo la retirada de las tropas de la OTAN. La alternativa categórica es la derrota del imperialismo y la victoria de la resistencia afgana en su lucha para expulsar los agresores, sin prestar cualquier tipo de apoyo político a la dirección reaccionaria de la resistencia, el Talibán.

[1] Extraído del artículo de Eduardo Almeida Neto publicado en el libro Capitalismo en crisis

[2] Artículo "Cuanto mayor la actual burbuja, mayor será el inevitable estallido", Folha de São Paulo, 5/11/09.

[3] Artículo "El capitalismo en crisis", ya citado.

[4] Idem.

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