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Colombia: Huelgas y protestas desafían al gobierno

Viernes 30 de agosto de 2013, por Robert Paris

Colombia: Huelgas y protestas desafían al gobierno

Por Bill Van Auken

Manifestaciones y bloqueos de carreteras fueron realizados por decenas de miles de trabajadores y campesinos colombianos en una huelga el 19 de Agosto contra el gobierno respaldado por EE.UU. del presidente Juan Manuel Santos.

Si bien el principal impulso para las huelgas y las protestas provino de los pequeños cultivadores de café y otros campesinos, el movimiento huelguístico incluyó medidas realizadas por conductores de camiones, mineros, trabajadores de la salud y profesores. Los estudiantes preparan llevar protestas nacionales la próxima semana.

Se reportó que docenas de personas fueron arrestadas y por lo menos seis fueron heridas por la realización de la amenaza del gobierno de Santos de permanecer "implacable" frente al levantamiento popular. El gobierno mobilizó unos 20,000 policías nacionales militarizados por todo el país, equipándolos con 13 aviones para que puedan moverse rápidamente a los centros de protesta y desplegó vehículos blindados y otras armas de guerra.

Se reportaron mobilizaciones masivas en, por lo menos, 23 distintas municipalidades por todos los 12 departamentos y hubieron reportes de tantas como 16 carreteras bloqueadas por protestas de camioneros y campesinos, en algunos casos con troncos de árboles y llantas en fuego y en otros con llantas de trailers aplanadas. En la provincia noroccidental de Antioquía, mineros en huelga bloquearon la carretera e izaron una bandera que decía "los mineros no son criminales".

En vísperas de la huelga, Santos declaró que él no "se sentaría y negociaría algo en medio de la huelga". Su gobierno anunció planes para una masiva represión y para penalidades draconianas contra cualquiera que bloqueara las carreteras. Aseguró que haría cumplir una ley que castiga con cuatro años de cárcel y enormes multas para aquellos que cometan ese delito.

"Tenemos que defender el derecho de todos los colombianos; por supuesto que defendemos la protesta social, pero hay derechos fundamentales como la mobilidad, la salud, la educación que deben ser preservados", declaró el Lunes el Ministro del Interior Fernando Carrillo.

Las referencias a la salud y a la educación fueron vistas como amenazas poco disimuladas contra los profesores y los trabajadores hospitalarios que participan en las huelgas. Los trabajadores de la salud se encuentran luchando contra la iniciativa de una denominada reforma de salud del gobierno de Santos que tiene como objetivo privatizar las instalaciones médicas del país y volver a sus actuales trabajadores en trabajadores temporales. En algunos hospitales de Bogotá, los trabajadores bloquearon todas las entradas excepto las de emergencia. Los recortes al financiamiento han empujado unos 500 hospitales públicos al borde de la bancarrota.

Días antes de la acción de huelga, el ministro de trabajo de Colombia advirtió a todos los trabajadores hospitalarios que podrían confrontar represalias legales por poner en peligro la salud pública.

Los funcionarios gubernamentales han intentato intimidar a los manifestantes alegando que actúan a favor de las guerrillas de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), llegando a referirse a los campesinos y trabajadores como "tontos útiles".

Los mineros han estado manteniendo protestas por todo el país durante las últimas tres semanas en contra de las políticas del gobierno de Santos, las cuales tienen como objetivo hacer desaparecer la minería de pequeña escala y despejar las áreas para la sistemática explotación por parte de grandes corporaciones mineras. El gobierno también ha puesto en la mira al denominado sector de la minería artesanal debido a que opera en algunas de las áreas bajo la protección del movimiento guerrillero de las FARC, el cual se ha aprovechado de éste como medio de financiamiento junto con la producción de coca. Santos recientemente otorgó a las fuerzas de seguridad el poder de apoderarse de la maquinaria de las operaciones de minería informal.

Los cultivadores de café y otros campesinos exigen que el gobierno otorgue más apoyo para la agricultura de pequeña escala, incluyendo el subvencionar tanto los costos de suministros y los precios y que aparte las áreas para la agricultura campesina para así protejerlas de la usurpación de los agronegocios. Los campesinos ven la búsqueda del gobierno de Santos de concluir tratados de libre comercio una amenaza cada vez más grande a su futuro. Colombia tiene una de las tasas más severas de pobreza rural en Sudamérica. La población rural exige una asistencia gubernamental mayor, particularmente con la provisión de poder eléctrico, agua potable e instalaciones de desagüe.

El día de acción nacional del Lunes, una de las protestas más grandes en años recientes, ocurre mientras Colombia se prepara para las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año; Santos se encuentra completando el último año de su presidencia. Elementos políticos que declaran su apoyo por la huelga van desde el Polo Democrático Alternativo o PDA, cuya principal figura es Antonio Navarro Wolff, el ex líder del movimiento guerrillero M-19, el cual depuso las armas y se volvió en un partido político burgués al final de los ochenta, al Centro Democrático de Colombia del ex presidente de derecha y el antiguo patrón de Santos, Álvaro Uribe.

El ex presidente se ha opuesto amargadamente a Santos, quién sirvió como su ministro de defensa, por sus negociaciones de paz con las guerrillas de las FARC así también como por la nominación de ex oponentes políticos al gobierno y el enjuiciamiento de ex ayudantes de Uribe por crímenes que van desde malversación a intercepciones telefónicas ilegales y otras conspiraciones.

Las negociaciones entre el gobierno de Santos y las FARC no han logrado mucho progreso después de una docena de sesiones en Havana, Cuba. Hasta ahora los dos lados tan sólo han acordado en una promesa de reforma agraria. Mientras tanto, el gobierno ha insistido que continuará ejerciendo operaciones militares cuyo objetivo es aplastar a la fuerza guerrillera hasta que un completo acuerdo sea concluido. El gobierno afirmó el Lunes haber dado un "golpe estratégico" a las FARC en el suroeste del país con una emboscada que cobró la vida de dos comandantes guerrilleros.

Durante el último medio siglo, la guerra civil del país ha cobrado un cuarto de millones de víctimas, siendo la gran parte de las masacres producto de las fuerzas de seguridad y escuadrones paramilitares de la muerte.

Recientes encuestas han mostrado la popularidad de Santos caer del 70 por ciento que registraba hace dos años al 50 por ciento de hoy. Es más, un 60 por ciento completo de aquellos encuestados declaró que no quiere volver a ver al presidente derechista reelegido. La caída en las tasas de aprobación de Santos le ha seguido al declive de la economía del país, el cual ha sufrido una contracción en la tasa de producción y crecimiento en recientes meses. Colombia sigue siendo el país más socialmente desigual de Latino América.

Las protestas del Lunes vinieron una semana después de que el secretario de EE.UU. John Kerry hiciera de Colombia su primera parada en su primer viaje por Latino América. Él expresó su apoyo por Santos y sus negociaciones con las FARC. Washington ha contado por años con Colombia como su aliado más estrecho en la región, otorgándole unos $8.7 mil millones que en mayor parte van como ayuda militar al país desde que se iniciara en 1999 una iniciativa de EE.UU. conocida como Plan Colombia.

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  • Le président colombien Juan Manuel Santos a ordonné le déploiement de militaires à Bogota et sur les principales routes du pays en réponse au mouvement paysan lancé il y a 12 jours et aux troubles qui ont fait deux morts jeudi en marge de manifestations à Bogota.

    "Hier (jeudi), j’ai ordonné la militarisation de Bogota et je ferai de même dans toute municipalité ou région où la présence de nos soldats sera nécessaire", a déclaré vendredi M. Santos dans une déclaration radio-télévisée.

    Un total de 50.000 soldats seront également déployés en province pour "assurer la mobilité sur nos routes" et des "pont aériens" pourront être organisés pour assurer l’acheminement de denrées qui commencent à manquer dans certaines villes, du fait des blocages routiers mis en place depuis le 19 août par les paysans en colère, a ajouté le président colombien.

    "Il est inacceptable que les actes de certains affectent gravement la vie de la majorité", a-t-il insisté au lendemain d’une journée marquée par une cinquantaine de manifestations dans les principales villes du pays, dont certaines ont débouché sur des heurts entre policiers et manifestants.

    "Les soldats effectueront des patrouilles en coordination avec la police", a expliqué à l’AFP un porte-parole de la mairie de Bogota, où selon M. Santos les affrontements de jeudi ont fait deux morts.

    De son côté, la municipalité avait fait état mercredi soir de 147 blessés, et la police de 40 arrestations après ces heurts qui ont été suivis de scènes de pillage dans le centre-ville.

    Les paysans colombiens ont lancé depuis une douzaine de jours un mouvement à durée illimitée dans l’ensemble du pays pour réclamer l’établissement de prix planchers pour certains produits ainsi que la baisse des prix des intrants agricoles. Leurs actions, soutenues par d’autres catégories, ont été marquées par des heurts avec les forces de l’ordre qui ont fait un total de quatre morts et plus de 500 blessés, selon des sources concordantes.

    Peu après l’annonce de M. Santos, Eberto Diaz, porte-parole de la Table nationale de dialogue agraire, qui coordonne le mouvement, a annoncé que les leaders paysans avaient entamé une "réunion d’évaluation" pour déterminer leurs actions à venir. Ce dernier a regretté que "la répression et la militarisation" constituent "l’unique réponse" du gouvernement à leurs revendications.

    Les petits agriculteurs veulent aussi des garanties en matière d’accès à la terre et de constitution de réserves paysannes, sortes de communautés autonomes, une politique favorable aux petites exploitations, ainsi que de meilleurs services publics dans les campagnes.

    Ils dénoncent également les Traités de libre échange signés par la Colombie, qui selon les paysans ouvrent la voie à un dumping sur les produits importés et empêchent de subventionner les secteurs productifs nationaux.

    Le président Santos a officiellement reconnu jeudi que le secteur était "en crise" et a formulé plusieurs propositions aux protestataires, dont des mesures pour contrôler le prix des engrais et des intrants. Vendredi, il a laissé entendre que la balle était désormais dans le camp des paysans car les concessions du gouvernement étaient "sur la table".

    Mais un porte-parole du mouvement a d’emblée rejeté ces propositions, qu’il a qualifié de "miettes". "Ce que nous recherchons est qu’on garantisse la survie de notre agriculture", a souligné Cesar Pachon, porte-parole des paysans qui ont ouvert des négociations au niveau régional avec le gouvernement à Tunja (à quelque 150 kilomètres de Bogota).

    Après les troubles de jeudi, le ministre de la Défense Juan Carlos Pinzon avait pointé du doigt la responsabilité des Forces armées révolutionnaires de Colombie (Farc), rébellion issue d’une insurrection paysanne qui soutient le mouvement. Les Farc mènent depuis fin 2012 des négociations de paix avec le gouvernement délocalisées à Cuba.

    De son côté, le président conservateur n’a pas mentionné les Farc mais s’en est pris au mouvement de gauche radicale Marche Patriotique, qui selon lui souhaite conduire le gouvernement dans "une impasse". D’après M. Santos, cette organisation noyaute les manifestations mais "ne s’intéresse pas" aux paysans.

    "C’est totalement faux", a protesté M. Pachon. "Nous nous connaissons tous depuis toujours, ici nous sommes tous des paysans", a-t-il assuré à la radio RCN, démentant tout lien avec Marche patriotique.

    "Nous maintenons notre disposition au dialogue avec les vrais paysans", a assuré pour sa part le président colombien.

  • Le président colombien Juan Manuel Santos a ordonné le déploiement de militaires à Bogota et sur les principales routes du pays, jugeant "inacceptables" les blocages de routes et les troubles qui ont fait deux morts jeudi en marge de manifestations de paysans.

    "Hier (jeudi), j’ai ordonné la militarisation de Bogota et je ferai de même dans toute municipalité ou région où la présence de nos soldats sera nécessaire", a déclaré vendredi Juan Manuel Santos dans une déclaration radio-télévisée.

    Un total de 50.000 soldats seront également déployés en province pour "assurer la mobilité sur nos routes" et des "pont aériens" pourront être organisés pour assurer l’acheminement de denrées qui commencent à manquer dans certaines villes, du fait des blocages routiers mis en place depuis le 19 août par les paysans en colère, a ajouté le président colombien.

    Les paysans colombiens ont lancé depuis une douzaine de jours un mouvement illimité dans l’ensemble du pays pour réclamer l’établissement de prix planchers pour certains produits ainsi que la baisse des prix des intrants agricoles. Leurs actions, soutenues par d’autres catégories, ont été marquées par des heurts avec les forces de l’ordre qui ont fait un total de quatre morts et plus de 500 blessés, selon des sources concordantes.

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